El domingo 22 de mayo, a diferencia de la jornada anterior por haber trasnochado involuntariamente, pudimos madrugar en Navacepeda de Tormes y acometer una buena ruta desde la Plataforma de Gredos subiendo al Puerto de Candeleda.
Por fin vimos roqueros rojos, especie que echamos en falta el sábado, aunque absolutamente todos los machos adultos que vimos nos vacilaron vilmente dejándose ver en malas condiciones.
Lo que sí pudimos disfrutar a nuestras anchas fue el objetivo principal del viaje viendo distintos machos de pechiazul cantando como descosidos sobre los piornos en flor, la imagen icónica de estas sierras desde el punto de vista ornitológico. Nos quedó claro que esa ruta era la adecuada en ese momento para verlos.
Como curiosidad, hice una foto a una gran roca granítica partida por medio para hacer la broma de que seguramente cedió bajo el peso de los hinchadísimos genitales de tanto pájaro encelado... pues al mirar la foto en casa descubrí que de verdad había uno, un macho de roquero rojo que podéis ver al ampliar la imagen.
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Roquero rojo (Monticola saxatilis) |
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Pechiazul (Luscinia svecica) |
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Pechiazul (Luscinia svecica) |
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Amplía la foto para encontrar el roquero rojo (a la derecha de la brecha) |
Teníamos tiempo soleado sobre todo, aunque con momentos de niebla que nos refrescaban y dieron un toque curioso al encuentro con un rebaño de grandes machos monteses que nuevamente me encantaron. En mi tierra esto cuesta muchísimo por lo asustadizos que están debido al motivo que todos sabemos.
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Cabras monteses (Capra pyrenaica) |
La rana patilarga del día anterior no fue la única especie herpetológica nueva para mí, bajando sobre nuestros pasos para regresar encontré una culebra lisa europea junto a un arroyo, novedad que siempre tuve ganas de ver tras la inmensa cantidad de culebras lisas meridionales que he visto en Jaén hasta el día de hoy.
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Retrato |
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Culebra lisa europea (Coronella austriaca) |
Durante la bajada vimos también bisbitas alpinos, otro clásico de la montaña, y algunas rapaces como esa gran belleza que es el milano real.
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Bisbita alpino (Anthus spinoletta) |
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Milano real (Milvus milvus) |
Por la tarde, tras comer y descansar un buen rato, nos dedicamos a ambientes más forestales que tienen como reproductoras especies como el papamoscas cerrojillo (preciosos los machos con su plumaje nupcial), el abejero o el reyezuelo sencillo.
Todo esto junto a otras aves que sí veo de cuando en cuando en mi tierra como el buitre negro o el verderón serrano.
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Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) |
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Buitre negro (Aegypius monachus) |
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Verderón serrano (Carduelis citrinella) |
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Abejero (Pernis apivorus) |
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Reyezuelo sencillo (Regulus regulus) |
El lunes 23 tocaba volver a casa, pero teniendo todo el día por delante aprovechamos la mañana para hacer otra ruta desde la Plataforma para subir a la Laguna Grande. Acompañados por los muy insistentes cantos de bisbitas alpinos y escribanos hortelanos (no en vano consideramos que Gredos es la montaña de los pájaros cachondos) me tomé la cosa de manera más paisajística con ese espectacular circo glaciar como premio, no sin parar a fotografiar los endémicos escarabajos pipa y admirar un (una vez más lejano) roquero rojo.
Sin olvidar a nuestro amigo el macho montés, un confiado ejemplar que sin duda está más que acostumbrado a los senderistas y no se espanta lo más mínimo. Desde aquí he de recordar, ya que estamos, que los animales silvestres no son mascotas y hay que evitar tratarlos como tal, cosa que la gente sí suele hacer con negativas consecuencias.
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Dactylorhiza sp. |
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Escarabajos pipa (Iberodorcadion abulense) |
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Escribano hortelano (Emberiza hortulana) |
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Con nuestro nuevo mejor amigo |
Intentamos una última parada para ver unas supuestas orquídeas Neotinea ustulata, aunque al final no era correcta la ubicación y me conformé con ver algunos insectos (que no es poca cosa para mi gusto).
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Polydrusus sp. |
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Doncella de ondas rojas (Euphydryas aurinia) |
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Castillo de Mombeltrán |
Con esto finalizamos nuestro viaje a Gredos, pero aún esperaba un detallito final que nos encanta. Echamos en falta pintadas agresivas, como buenos fanáticos que somos de esas puras expresiones de odio y rabia, hasta que justo en una paradita para orinar apareció esta obra de arte como traída por el destino.